lunes, 21 de diciembre de 2009



El dictador Raúl Castro, clausuró este domingo la segunda y última sesión de la Asamblea Nacional en 2009 con un discurso que se centró en las relaciones con EEUU y los problemas y perspectivas de la economía de la isla, la cual reconoció que se encuentra en una situación de riesgo, por lo que anunció la puesta en marcha de una actualización del "modelo cubano".

La Economía cubana no necesita actualizarse. ¡Necesita una rectificación total!

Cuba va a cumplir 51 años embarcada en una aventura suicida mal llamada Revolución. Durante todo este tiempo la precariedad económica ha sido una constante, excepto en períodos donde el Régimen ha sido alimentado por subvenciones de alguna potencia extranjera, concretamente de la ex U.R.S.S., ya que los favores recibidos en la actualidad por Venezuela, no parecen sufragar las necesidades básicas de la población, pues la situación económica en la Isla sigue siendo pésima y con nulas perspectivas de mejorar.

Durante todo este tiempo la dictadura cubana no ha dejado de responsabilizar de la mala situación económica de la isla a su eterno rival, los Estados Unidos, y al archiconocido Embargo que indudablemente influye en el desenvolvimiento económico del país, ya que infla gastos, complica relaciones comerciales, pero en ningún caso sería el causante de las penurias que en la actualidad sufre el pueblo cubano, si la economía de la Isla fuera solvente y autosuficiente, sumado esto a que Cuba importa alimentos norteamericanos, razón que nos permite asegurar, que el embargo no es lo que La Habana predica.

Una Economía que ha suprimido a la Empresa privada como Agente Económico y generador de bienes y Servicios no puede funcionar bien.

Una Economía donde el Sector Público ha acaparado toda la oferta de Factor Trabajo, y es el único productor de Bienes y Servicios, causando que la cantidad demandada sea infinitamente superior a la ofertada, disparando los precios y haciendo caer calidades, no puede funcionar correctamente.

Un país donde no se les permite a sus ciudadanos emprender, crear, crecer, salir a flote, todo por una ideología caduca, que ha testado su fracaso allí donde se ha intentado implantar, no puede dar un nivel de vida aceptable a su gente en pleno siglo XXI.

Si las "actualizaciones" a las que se refiere el heredero de mi país en su discurso, suponen flexibilizar, liberar la economía cubana, bienvenidas sean.

Si esas "actualizaciones" suponen que los cubanos podrán emprender, abrir sus propios negocios, contribuir desde la economía doméstica a la economía de todo el país, como han hecho muchos de los que hoy están en el exilio, bienvenidas sean.

Pero si va a seguir fiel a su Socialismo minusválido. Si esas actualizaciones suponen únicamente, reducir el gasto público cerrando comedores obreros, libreta de racionamiento, entre otras migajas que el pueblo cubano recibe, pero de las cuales muchos dependen para subsistir, nos encontraremos un país donde los niveles de pobreza aumentarán y se expandirán a velocidades de vértigo.

Si por otra parte sus "actualizaciones" están inspiradas en el modelo chino, nos encontraremos un país que se hará llamar "Comunista" o "Socialista", donde sus ciudadanos serán víctimas del capitalismo más atroz. Ese donde se trabajan 10 horas al día por un mísero sueldo, lo que aportará excelentes datos macroeconómicos, que no reflejarán la verdadera situación de las familias cubanas, excepto aquellas que llevan 50 años viviendo muy bien.

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